viernes, 13 de febrero de 2009

Adicciones





Y cuando dejé todo
concentré mis adicciones en amarte
de modo que ahora estoy otra vez colgada
me fumo tus silencios tus palabras tus miradas
me bebo tus humores tus dulces o amargas secreciones
me paso las noches en vela
en la sala de espejos
donde tu cuerpo
y mi cuerpo
resbalan hacia la madrugada.

9 comentarios:

Classina P. dijo...

muy buena adicción!!!! me encantó el poema, hacía mucho que no posteabas!!! saludos y buen finde

SeaSirens dijo...

Precioso poema, donde se resipra el lazo de la pasión...
Sugerente, muy sugerente...

Besos!

Irene dijo...

Que bueno! Me gusto mucho, no te habia leido antes, pero vuelvo seguro. Beso

Anónimo dijo...

Preciosa adicción, la de amar.
Fumando, bebiendo...

Bella imagen para acompañar ese bello texto.

VEF

Enamoradísima dijo...

muy bueno el poema, no escribis seguido pero cuando lo haces son poemas hermosos. te mando cariños y besos.-

Tres dijo...

las adicciones son así. no pueden explicarse. matan y te empujan a seguir viviendo.

saludos

Analia dijo...

Gracias a todos por visitarme, me encantan los comentarios que me dejan, besitos.

jorge_elias dijo...

buen blog! buen culo!

Anónimo dijo...

el poema es el desenlace de adicciones II de la uruguaya Cristina Peri Rossi... no es tuyo Analía, lo lamento...

Dejé el cigarrillo
-qué conflagración,
una íntima convivencia de más de treinta años-
dejé el café
dejé las luminosas salas de juego
donde una pequeña bola blanca
saltaba de un número a otro
manifiesto rostro de Dios
como saltan los ojos de los asesinos.
Dejé las turbulentas madrugadas
donde abrazas a tu enemigo
en la equívoca fraternidad del alcohol
y de las luces de neón.
Dejé solas a las madrugadas
sin música de Tom Waits
sin canciones de Marianne Faithfull
sin mis alabanzas a la equívoca belleza
de las prostitutas otra vez doncellas.
Y cuando todo eso dejé
concentré mis adicciones en amarte
de modo que ahora estoy otra vez colgada
me fumo tus silencios tus palabras tus miradas
me bebo tus humores tus dulces o amargas secreciones
me paso las noches en vela
en la sala de espejos
donde tu cuerpo
y mi cuerpo
resbalan hacia la madrugada.